¿Alguna vez te has tomado el tiempo de reflexionar sobre cómo la culpa, la vergüenza, el miedo, la crítica y la falta de amor propio estaban impactando en cada una de las áreas de tu vida? Veamos cómo te está afectando seguramente, y cómo puedes entrar en un espacio de liberación de la culpa.
¿Qué es la culpa?
La culpa tiene muchos sinónimos que pueden dar respuesta a esta pregunta. La definición inicial viene en 2 partes. La primera es una acusación de maldad y la segunda es la fijación de un sentido de culpabilidad para inducir un comportamiento específico.
Lo que vale la pena mantener, en mi humilde opinión, es que la culpa proviene de la consideración de que una parte externa sabe y decide lo que es bueno, y que establece un dogma, una ley, una intención de maldad que lleva a las personas a considerar que no están cumpliendo.
¿Cómo afecta esto a la vida
La culpa la hemos encontrado desde hace siglos, y gran parte de ella ha sido fijada por los gobernantes, los gobiernos, la realeza, la religión, y por personas de nuestros círculos afectivos como nuestros padres. el refrán “como es arriba, es abajo”. Sencillamente, porque está descendiendo al mínimo denominador, que es el ser humano que somos.
Cuando hablamos de culpabilidad, seguro que podemos sentir esos momentos vividos, en los que nuestros padres, hermanos, parejas, directivos, profesores o cualquier persona de nuestro entorno, nos ha dicho que “si esto, entonces aquello” o “si no esto, entonces aquello”.
La culpa y las malas acciones provienen de esa creencia en nuestro interior de que debemos actuar como se dice para ser dignos de amor.
De esta sensación tan arraigada de compromiso con los deseos de otra persona, por elección ya que somos nosotros los que decidimos lo que hacemos, surge el dolor, los bloqueos en todo el sistema nervioso y en nuestros campos energéticos.
La energía de la culpa no fluye, se constriñe, se cierra, trae resentimiento, exasperación, tensión, y esto, con el tiempo, se acumula en traumas, dolor emocional y problemas físicos como accidentes, heridas o enfermedades y dolencias.
¿por qué liberar la culpa?
Como puedes empezar a entender, la culpa crea un estrés importante en nuestros campos de energía, y no podemos culpar a otros por lo que han hecho, lo que nos convertiría en víctimas. Sin embargo, lo que podemos hacer es entrar en nuestro espacio de poder y aceptar que hemos tolerado y hecho cosas que no nos parecían bien.
Aceptando, rindiéndonos, podemos ver más claramente lo que está ocurriendo, y podemos cambiar el juego. Podemos cambiar las reglas, cambiando la energía.
Cuando cambiamos la energía, a través del trabajo de sanación energética profunda y el trabajo subconsciente en hipnosis, empezamos a sentir cambios. inducimos nuevos comportamientos en los demás simplemente situándonos en un espacio de “buen hacer” de nuestro propio yo.
Liberar la culpa, buscar el amor en el lugar adecuado, es decir, dentro de nosotros mismos, nos lleva a explorar nuestra propia identidad. No somos independientes y disociados del mundo, sino que estamos completos dentro de nuestra propia identidad.
identidad y culpa
Cuando estamos en un espacio de culpa, culpabilidad y presión de grupo, no podemos identificarnos como nosotros mismos. Nos convertimos en el otro, y a menudo, la gente tiene esa sensación de estar perdida, de haberse perdido a sí misma. Esto no proviene de la libertad de estar solo, sino del espacio de haber entregado su identidad para ser amado.
Esto puede venir de muchos factores de dependencia, y muy a menudo viene de una edad temprana, cuando los padres, la mayoría de las veces sin querer, establecen la culpa en las sentencias. Empezamos a perder nuestra identidad, poco a poco, como un goteo, en la escuela, con los amigos, y de repente, la copa está llena, y el cuerpo se rompe física o emocionalmente.
Beneficios de la liberación de la culpa
Al liberarse de la culpa, la gente empieza a hacerse cargo de sus propios actos. El elemento principal es una perspectiva de vida totalmente nueva. Cuando liberamos la culpa de nuestras vidas, nos exploramos a nosotros mismos. Ahora bien, esto no significa que sea un viaje placentero, ya que esto hará aflorar muchas emociones, algunas incluso podrían ser transgeneracionales o colectivas, pero el viaje, créanme por haber estado allí muchas veces, bien vale la pena.
Al liberarse de la culpa, uno explorará lo que disfruta, lo que no disfruta, se sentirá alineado al decir su propia verdad, sin hacerla un derecho para todos, sino para sí mismo. La sensación liberadora de no ser mejor, ni peor, sino simplemente ellos mismos. Aceptar que las personas no están de acuerdo, aceptarse como son, plenamente, con lo bueno y lo malo que llevan dentro.
Saber que estamos en constante cambio permite jugar con nuestro propio sentimiento de culpa, nuestro amor propio, y liberar el derecho a la serenidad de ser, lo que nos apetece ser y no lo que creemos que debemos ser para los demás.
¿Cómo proceder?
No existe una varita mágica para liberar la culpa. es un proceso, es una elección, es tu propia decisión. Por eso mucha gente prefiere quedarse en el dolor, porque es más fácil quedarse con el diablo que conocemos que ir a explorarnos profundamente, y ver nuestros antiguos patrones sin juzgarnos por cómo hemos actuado.
Mi enfoque personal es una liberación energética de los diversos cuerpos energéticos, y un proceso a través de la hipnosis para liberar los programas subconscientes en el interior. A través de un camino que es único para cada uno, la duración variará para cada persona, los clientes comenzarán a ver los patrones, a explorar su verdad y a sentir un gran cambio en su experiencia de vida.
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